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Una colisión entre dos estrellas enanas blancas actuó como el desencadenante del remanente de la explosión de supernova G1.9+0.3, la más reciente en la Vía Láctea. Los científicos han utilizado los datos del Observatorio de rayos X Chandra de la NASA y el Jansky Very Large Array de la National Science Foundation para aplicar una nueva técnica que podría tener implicaciones para la comprensión de otras supernovas de Tipo Ia, una clase de explosiones estelares que los científicos usan para determinar la tasa de expansión del universo.
Los astrónomos habían identificado previamente G1.9 + 0.3 como el remanente de supernova más reciente en nuestra galaxia. Se estima que se ha producido hace unos 110 años en una región polvorienta de la galaxia que impide que la luz visible llegue a la Tierra. G1.9 + 0.3 pertenece a la categoría de tipo Ia, una importante clase de supernovas que exhiben patrones fiables en su brillo que las hacen valiosas herramientas para medir la velocidad a la que el universo se está expandiendo.
"Los astrónomos usan las supernovas de tipo Ia como marcadores de distancia a través del universo, lo que nos ayudó a descubrir que su expansión se estaba acelerando", dijo Sayan Chakraborti, que dirigió el estudio en la Universidad de Harvard. "Si hay alguna diferencia en cómo explotan estas supernovas y la cantidad de luz que producen, podría tener un impacto en nuestra comprensión de esta expansión".
La mayoría de los científicos están de acuerdo en que las supernovas de tipo Ia se producen cuando las enanas blancas, los densos remanentes de estrellas similares al Sol que se han quedado sin combustible, explotan. Sin embargo, ha habido un debate sobre lo que desencadena estas explosiones de enanas blancas. Dos ideas principales son la acumulación de material sobre una enana blanca de una estrella compañera o la fusión violenta de dos enanas blancas.