El calor resultado de la disipación de marea en la luna Europa por la atracción gravitacional de Júpiter, podría crear más calor del previsto para sustentar un océano global en el subsuelo. Experimentos realizados por geólogos de Brown y Columbia podrían ayudar a los investigadores a estimar mejor el espesor de la capa exterior de la luna. El trabajo se publica en la edición de junio 1 de Earth and Planetary Science Letters.
Las lunas más grandes de Júpiter -Io, Europa, Ganímedes y Calisto-fueron descubiertas por Galileo a principios del siglo 17. Cuando la NASA envió naves espaciales a Júpiter en los años 70 y 90, esas lunas resultaron ser una caja de sorpresas. "Los científicos esperaban ver lugares fríos y muertos, pero de inmediato fueron seducidos por sus superficies sorprendentes", dijo Christine McCarthy, de la facultad en la Universidad de Columbia, que dirigió esta nueva investigación como estudiante en la Universidad Brown. "Es evidente que hay algún tipo de actividad tectónica, cosas que se mueven alrededor y agrietamiento. También había lugares en Europa que parece hielo blando o fusión"
La única manera de crear suficiente calor para estos procesos tan lejos del Sol es a través de la disipación de marea. El efecto, dice McCarthy, es un poco como lo que sucede cuando alguien dobla repetidamente una percha de metal. "Si se dobla hacia atrás y adelante, se puede sentir calor en la unión", dijo. "La forma en que lo hace es que los defectos internos dentro de ese metal se frotan unos sobre otros, y es un proceso similar a cómo la energía se disipa en el hielo".