Un vecino el distrito de Abyisky en el norte de Yakutia (Siberia) encontró el verano pasado una cabeza cortada de un lobo del Pleistoceno que murió hace unos 40.000 años. La cabeza está perfectamente conservada. Lo más sorprendente es su tamaño, 40 centímetros, la mitad de lo que mide el cuerpo completo de un lobo actual, cuyo tamaño suele estar entre los 66 y 86 centímetros. Además del monstruoso tamaño, la cabeza conserva intacto el pelaje, similar a de los mamuts y unos impresionantes colmillos. Según han datado los científicos, el ejemplar tenía de dos a cuatro años cuando murió
Este hallazgo permitirá su estudio y comparación con los lobos modernos para comprender cómo ha evolucionado la especia desde la Edad de Hielo hasta hoy y tratar de reconstruir su aspecto real. Junto con el lobo, los científicos presentaron un cachorro de león cavernario inmaculadamente bien conservado.