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El Clean Space One Project Clean ha pasado un hito. El satélite de limpieza espacial desplegará una red cónica para capturar el pequeño satélite SwissCube antes de destruirlo en la atmósfera. Es una de las soluciones que se están probando, en este caso en Suiza, para la eliminación de los desechos peligrosos que orbitan la Tierra. El satélite SwissCube ha estado en órbita de la Tierra durante más de cinco años. El reto consistía en asegurarse de que no llegaría a ser sólo una pieza más de la basura espacial. Los ingenieros de eSpace, el Laboratorio de Proceso de Señales 5 (LTS5) y el Centro de Ingeniería Espacial de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL), junto a sus socios de la Universidad HES-SO estaban seguros de poder responder a este desafío, gracias a CleanSpace One (CSO).
Durante los últimos tres años, han estado trabajando en este satélite de limpieza que será enviado a la órbita para recuperar el SwissCube. Se atrapará el pequeño satélite y los dos entrarán en combustión juntos en la atmósfera. Un paso importante se ha dado con decisiones críticas que se están adoptando en el diseño de sistemas de aproximación y captura. Los desechos espaciales van desde satélites desactivados a etapas de cohetes usados; este detritus de todos los tamaños y formas que orbitan el planeta está aumentando a un ritmo alarmante. A una velocidad de 7 km / segundo, estas piezas de basura espacial se convierten en proyectiles de gran alcance y constituyen una grave amenaza para los dispositivos y las personas que trabajan en el espacio.
Para reducir estos riesgos al mínimo, la NASA monitorea cuidadosamente cada objeto de más de 10 centímetro. Muchas iniciativas, incluyendo CleanSpace One, están trabajando en soluciones a largo plazo para la recuperación y la eliminación de todas estas cosas. Y es un trabajo más duro de lo que uno podría pensar. "SwissCube no es sólo un objeto de 10 por 10 centímetros que es difícil de entender, sino que también tiene partes más oscuras y más claras que reflejan la luz solar de manera diferente", explica Christophe Paccolat, un estudiante de doctorado que trabaja en LTS5. "Estas variaciones pueden perturbar el sistema de aproximación visual
y por lo tanto también las estimaciones de su velocidad y la distancia." Muriel Richard-Noca, jefe del proyecto, destaca la extrema delicadeza de la misión: "Sólo se necesita un error en el cálculo de aproximación para que SwissCube rebote en CleanSpace One y salga disparado hacia el espacio".
Para evitar este tipo de desastres, se están probando los algoritmos de aproximación visual de las cámaras del satélite de limpieza. Para ser exactos, se deben tener en cuenta una serie de parámetros, tales como el ángulo de la iluminación del Sol, los datos físicos de CubeSat, la velocidad relativa a la que se está moviendo y todas las incertidumbres involucradas en esta medida, y la velocidad de su propia rotación.